Recordaréis (básicamente, porque apenas he publicado nada más en el blog desde entonces) que hace poco os hablé de un concurso que había puesto en marcha Arola Editors con motivo de su último lanzamiento, "El Efecto Star Lux". Además de mandarme la información, la editorial me mandó una copia del libro para que tuviese ocasión de leérmelo. Y eso hice... o al menos lo intenté. El libro de Juan Ballester no ha logrado conectar en ningún momento conmigo, y después de no haber sido capaz de avanzar más que hasta la mitad de la novela en las cerca de dos semanas que le he dedicado, finalmente he optado por abandonarlo.
"El Efecto Star Lux" es la historia de la vida de Germán Casanova, forense, y Tino Polo, su mejor amigo, desde que se conocieron de niños en Vinaroz hasta que se vuelven a encontrar por última vez frente a la mesa de autopsias de Germán. El libro empieza con el suicidio de Polo, y la guía a través de las páginas es la conversación que mantienen cadáver y forense mientras este último va recordando todas las andaduras que vivieron juntos. Ya desde este punto, la narración empieza a resultar extraña. Al parecer, Polo lleva tatuadas frases destinadas a Germán, que se va encontrando a medida que avanza en el análisis del cadáver. Y este último, según se va encontrando los mensajes, empieza a recordar escenas de su juventud. Pero los textos no resultan claros, hay saltos entre el presente y el pasado, así como entre varios momentos distintos de ese pasado.
A esta desorientación contribuye también que "El Efecto Star Lux" trata de imprimir profundidad y fuerza a sus palabras mediante frases largas y repletas de subordinadas, epítetos y exotismos varios. El efecto que consigue, sin embargo, es bien distinto: párrafos enmarañados, a veces difíciles de entender, de los que muchas veces se sale con la sensación de que o faltan cosas por contar, o uno no ha terminado de entender lo que Ballester pretendía decir. John Ruskin dijo en una ocasión
"Dí lo que tengas que decir en el mínimo número de palabras, o tu lector se asegurará de saltárselas; y hazlo de la forma más sencilla posible, o sin duda las malinterpretará", y esa es precisamente la sensación que tuve durante la mayor parte del tiempo. Ganas de saltarme cosas y dudas sobre si estaría entendiéndolo todo.
Aparte, la historia que cuenta definitivamente no es lo mío. Narrar la vida de una serie de personas puede ser muy interesante, pero cuando se cae en el estilo al que suelo referirme como "de cine español", entonces yo no tengo por dónde cogerlo. Ambientada en la época inmediatamente post-franquista, los personajes se encuentran dentro del espectro de los habitantes en esas películas que, habitualmente, se suelen asociar con Pedro Almodóvar: el
estudiante, el vivalavida que anda metido en todo tipo de drogas, el transexual metido a puta, la camarera maciza con tatuaje encima del culo, minifalda de leopardo y aros del tamaño de hula-hops, el chulo forrado de pasta que es dueño de una discoteca... Y no, sus idas y venidas no me han resultado nada interesantes, más cuando a mitad del libro todavía no habían despegado hacia nada emocionante o atractivo.
Me gustaría poder decir algo positivo de la novela, de veras. Podría así justificar de alguna forma el haber pasado dos semanas dedicándole mis ratos de lectura. Como mucho puedo llegar a decir que Ballester sabe de lo que habla cuando se refiere a Vinaroz y sus alrededores, y en lo que respecta a anatomía humana, ciencia forense y submarinismo. Aparte de eso, no tengo mucho más que decir. Pocos son los libros que, al lo largo de mi vida, he dejado a medias, pero "El Efecto Star Lux" ha sido uno de ellos.