El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee. (Umberto Eco)

viernes, 8 de febrero de 2013

Diez confesiones

Por Interloper viernes, febrero 08, 2013 , 1 comentario
Cada lector es único, y todos tenemos nuestras manías, vicios y peculiaridades en nuestra relación con la palabra escrita. Aunque no leo rápido (ni tengo demasiado tiempo al día para ello) sí me considero un lector constante, y con una media un poco por encima de 30 libros anuales me gusta pensar que estoy ligeramente por encima de la media lectora del país. Sirva el post de hoy para que, con estas diez confesiones relacionadas con los libros, conozcáis un poco mejor el tipo de lector/blogger que tenéis delante.

  1. Me salto la mayor parte de las descripciones de los personajes. A no ser que sea algo MUY especial (como en el caso de Miles Vorkosigan ser tres palmos más bajito que el resto del mundo y cabezón), leo las descripciones físicas de un personaje y luego me los imagino a mi propia manera, sin hacerle ni caso. En mi cabeza no todos los Lannister eran rubios.
  2. Odio las canciones, profecías y rimas. Me viene de joven, cuando todo lo leía traducido al castellano, y la mayor parte de rimas y canciones que aparecían traducidos no tenían ni ritmo ni rima. Sin eso, eran poco más que un trozo de texto igual al resto solo que más complicado de leer.
  3. Prefiero un libro simple, con inicio y final, a una historia que se extiende a lo largo de tres (o más) libros. Y a pesar de eso, ahora mismo estoy enganchado a, por lo menos, cuatro sagas. Pero me resulta molesto leerme un libro y tener que esperar dos o más años para saber cómo acaba la historia.
  4. Casi todo lo que leo, lo leo en inglés. Hace un tiempo decidí (en parte motivado por el punto 2) que siempre que fuese posible me leería los libros en el idioma original en que fueron escritos. Pero ha llegado un momento en que me he llegado a leer en inglés libros que originalmente fueron escritos en alemán o italiano.
  5. Hace siglos que no voy a la biblioteca. Bueno, igual no tanto. Pero sí muchos años. No es algo de lo que esté especialmente orgulloso, pero tampoco me incordia demasiado. Hasta hace no mucho la mayor parte de lo que leía venía de préstamos con amigos, y ahora con la llegada del eBook... Pues o descargo o compro digital. No necesito coger el metro e ir hasta la biblioteca más cercana para poder sacar un libro que tengo ganas que leer y encima hacerlo contrarreloj, con la fecha de devolución en la primera página.
  6. Soy MUY selectivo prestando libros. Desgraciadamente, esto me viene impuesto por la experiencia previa. Estoy harto de prestar un libro y que me llegue en peor estado del que lo presté. Y eso cuando me lo devuelven, que hay unos cuantos que no. Así que, excepto a unas pocas personas, si puedo evitar prestar un libro, lo hago.
  7. No soy un lector de clásicos. Hace no mucho, de hecho, intenté leerme "A Tale of Two Cities" de Dickens, y después de aburrirme y no enterarme de por dónde iban los tiros después de una buena cuarta parte del libro, acabé por dejarlo de lado y volver a la ciencia-ficción.
  8. Prefiero el eBook al libro en papel. De hecho, este punto podría incluso tener como nombre "No soy un fetichista de los libros". Hace unos cuantos años sí que disfrutaba del proceso de pararme delante de mi estantería, mirar mi colección de libros mientras decidía cuál leer a continuación. Si era viejo, lo abría, olfateaba las páginas... Con el tiempo he dejado de fijarme en esas cosas y ahora lo único que realmente me interesa es el propio libro en sí, su contenido, la magia del mundo completo que contienen. Ante algo así, el continente pasa a un completo segundo plano. Y el eBook es mucho más cómodo.
  9. No tengo problemas para leer en el metro. De hecho, me encanta leer en lugares públicos. Hay quien no es capaz de hacer esto porque se distrae con los ruidos y movimientos a su alrededor. Pero debe ser que mi consciencia periférica está algo atrofiada y, cuando me meto de cabeza en un libro, el resto del mundo se convierte en un ente difuso del que no me cuesta abstraerme. Alguna vez hasta me han tenido que llamar repetidas veces por mi nombre antes de enterarme de que me estaban hablando a mí.
  10. Necesito un rincón para leer. Echo de menos el rincón que tenía en Lausanne (es una de las pocas cosas que echo de menos de allí) y de momento no he vuelto a encontrar ningún sitio como aquel para leer. No me malinterpretéis, leo muy cómodamente en muchos sitios. Pero aquel hueco parecía hecho única y exclusivamente para encajonarse en él y disfrutar de horas y horas de lectura. Y quiero volver a tenerlo, porque para mí aquello era lujo.
¿Alguna confesión por vuestra parte?

1 comentarios:

  1. ¿Sabes que coincidimos en algunas? Soy incapaz de recordar las descripciones de los personajes salvo que sea algo muy característico (como que el Bibliotecario es un orangután o que Zanahoria es un enano de 1,80). Leo estupendamente en el metro (a veces mejor que en casa), y últimamente prefiero el ereader, así que fetichista poco.

    También prefiero los libros únicos a las sagas, pero porque tengo muy mala memoria, y cuando estoy cerrando el libro ya no me acuerdo del inicio... xD

    ¡Besos!

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