El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee. (Umberto Eco)

jueves, 31 de diciembre de 2015

Motín (Spaceship I), de Mike Resnick

Por Er-Murazor jueves, diciembre 31, 2015 , Sin comentarios

Mike Resnick ha sido mi último descubrimiento en la feria del libro antiguo de Graná. Andaba yo buscando algo de CF ligera que llevarme a la boca, cuando tropecé con este libro. No había oído hablar nunca de este autor (o eso creía, luego resultó que tenía otra novela suya en casa: Santiago, un mito del futuro lejano) y me llamó la atención que en la portada pusiera que tenía cinco premios Hugo. En la contraportada, aparte de la sinopsis, hay una reseña nada menos que de Orson Scott Card diciendo que estamos ante una space opera comparable con el mejor Miles Vorkosigan. Cualquier cosa, oigan.

Evidentemente, la reseña no me la creí, pero ojeando el libro vi que la letra era relativamente gorda, así que decidí probar a ver. Y una vez probado, puedo decir que se parece a Vorkosigan en temática (protagonista super inteligente que sale de un montón de fregados inverosímiles a base de labia, carisma y suerte), pero que no le llega ni a la suela de los zapatos en calidad. Que vamos, comparable es, el señor Card no miente, pero no es una comparación que le interese mucho a Resnick.

La novela comienza cuando el protagonista, el comandante Wilson Cole, es destinado a la nave Theodore Roosevelt situada en la Periferia Profunda (o similar), que viene a ser donde Cristo dio la última voz. En esta nave, las Fuerzas Armadas de la Federación mandan a los soldados problemáticos. Cole es un ex-capitán de nave que tiene la mala costumbre de desobedecer las órdenes sistemáticamente, pero que consigue buenos resultados, por lo que las relaciones públicas no recomiendan su destitución y fusilamiento, que es lo que a los altos mandos les gustaría.

Cole no llegó a la Teddy R. por ser un soldado modelo, y en su nuevo destino sigue sin serlo. Continúa luchando contra el enemigo, pero a su manera, lo que le granjea gran cantidad de problemas de los que sale como buenamente puede.

La novela es bastante simplona. Cole sería insoportable si no fuera tan plano que resulta increíble. El resto de personajes son bastante arquetípicos (superiores inútiles, militares indisciplinados pero que recuperan los valores cuando un superior saber valorarles...) y las situaciones son inverosímiles. El resultado podría resultar insoportable, pero el autor tiene oficio y a base de diálogos con chispa y de no dar un respiro a los personajes consigue que el libro sea bastante entretenido. Además, el trasfondo está bastante trabajado (como se ve en los apéndices del final, donde el autor cuenta cómo desarrolló la historia del futuro en que se desarrolla la acción) y las razas alienígenas que aparecen son bastante originales (aunque salvo una excepción, ya podían ser todos humanos a efectos prácticos). Recomendable para pasar un par de tardes con acción entretenida sin pensar mucho.


       (3/5)
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jueves, 10 de diciembre de 2015

Maestro del tiempo, de Robert L. Forward

Por Er-Murazor jueves, diciembre 10, 2015 , 2 comentarios

 Robert L. Forward está reconocido como uno de los maestros modernos de la ciencia-ficción hard. Desde luego, leyendo esta obra es fácil creérselo. Harold Randolph Hunter, protagonista de la novela, es un excéntrico multimillonario del mediados del siglo XXI cuya empresa descubre una forma de viajar a velocidades casi relativistas utilizando los excrementos de unos bichos que viven en el cinturón de asteroides.

Tal vez el concepto "bichos que cagan energía negativa que sirve para abrir portales" no parezca ciencia-ficción muy hard, pero el desarrollo sí que lo es. Lo que a Forward le interesa en la novela es describir cómo podría utilizarse la "materia negativa" para acortar el tiempo de los viajes estelares y neutralizar en parte la maldición relativista y la paradoja de los gemelos. Hunter, el teórico protagonista de la novela, está apenas esbozado y solo se nos cuenta que es un excéntrico obsesivo (lo cual es muy adecuado para ciertas decisiones que toma). No hay una trama que dirija la novela hacia el final, sino que el autor nos va describiendo los efectos que en la sociedad terrestre tienen los descubrimientos de Hunter (me encanta, en particular, la sociedad animalista).

A mitad de la novela (más o menos) se desencadena un poco la acción, y Hunter decide utilizar sus bichos asteroidales para manipular el tiempo. Forward dedica todo el resto de la novela a describir minuciosamente cierta paradoja clásica del viaje en el tiempo (que no desvelo aquí por no spoilear) y cómo el universo la evita. Es bastante curioso porque en la mayoría de novelas convencionales se dan muchas cosas por supuestas en beneficio de la acción. Aquí, como no hay acción, el autor se recrea en la descripción de la paradoja (aunque llega a ser algo cansino que cuente varias veces lo mismo). En este sentido, Forward es como Arthur C. Clarke o Charles Sheffield. No le interesa tanto contar una historia como un descubrimiento científico y los efectos de dicho descubrimiento.

La novela es bastante dura, porque Forward es astrofísico y no escatima en explicaciones científicas para justificar las cosas que cuenta. Mi formación no llega, ni de lejos, como para juzgar si lo que dice tiene base científica o son un montón de disparates, pero sí que al menos parece consistente. La novela incluye ciertos diagramas al final. No es que haga falta leerla con lápiz y papel, pero desde luego sí hay que prestarle atención (yo no creo haber entendido la mitad de las explicaciones que he leído, aunque yo tengo excusa). 

Esta novela, en suma, es muy recomendable para amantes de la ciencia-ficción descriptiva (que no social, pues aborda este aspecto muy superficialmente) y deben huir de ella todos los interesados en novelas de acción con pocas descripciones. Se agradecería algo más de profundidad en el protagonista y algún secundario (la mujer de Hunter es el caso más escandaloso de mujer florero que he visto últimamente), pero no se puede tener todo en esta vida.




        (4/5)


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Weird Tales (1933-1942), de varios autores

Por Er-Murazor jueves, diciembre 10, 2015 , , , Sin comentarios
Esta es la penúltima de las antologías de relatos pulp de la Biblioteca del Laberinto que me quedaba por leer (la última era su primera parte) y la había dejado para el final porque asociaba Weird Tales con el terror (al fin y al cabo, es aquí donde debutó Lovecraft) y no suelo leer terror porque me da miedo (por absurdo que parezca).

El caso es que leyendo el prólogo veo que me equivoqué en mi apreciación. En Weird Tales había relatos de todos los géneros que tocaba el pulp (Arellano la llama en el prólogo LA revista, ignoro si será cierto o una exageración suya). Debo reconocer que me he divertido más de lo que esperaba con esta recopilación. Los relatos son muy de su época, como es natural, y todas las buenas ideas están más que explotadas, pero aun así varios de ellos consiguen divertir aunque el final sea previsible. Algunos incluso logran sorprender, pues los gustos del público de los años treinta no son los gustos actuales y la moda del happy ending que se extendió tras la Segunda Guerra Mundial no estaba tan extendida aquí.

Los relatos incluidos en esta antología son:

  • El juez supremo, de J. Paul Suter, es un inquietante relato que nos cuenta una mala experiencia sufrida por sir Thomas Thorneycraft, juez de la Corte de Londres a cuenta del caso de un pilluelo callejero.
  • La diosa de zafiro, de Nictzin Dyalhis, es un típico (pero entretenido) relato de fantasía donde un hombre contemporáneo debe viajar a un reino fantástico a liberarlo.
  • El vengador de la Atlántida, de Edmond Hamilton, se describe solo con decir quién es su autor. Dos habitantes de la Atlántida se enfrentan a través de las eras.
  • El regreso de Sarah Purcell, de August Derleth, es un clásico relato de fantasmas. Decir esto es, en realidad, hacer un spoiler del final, pero a estas alturas cualquiera se imagina la resolución en el segundo párrafo. El valor de este relato es la gran maestría de Derleth creando el ambiente del relato.
  • Las semillas del espacio, de Edmond Hamilton, narra una invasión vegetal de la Tierra. Una invasión muy peculiar y que ha sido homenajeada varias veces con posterioridad.
  • La Tigresa, de David H. Keller, es la inquietante historia de la compra de una casa... y lo que se encuentra en su sótano.
  • La casa del éxtasis, de Ralph Milne Farley, es otro relato desasosegante sobre los misterios que puede ocultar cualquier puerta en la ciudad. En este caso, el amor de una mujer... si el enamorado consigue recordar que debe liberarla.
  • Esclavo de las llamas, de Robert Bloch, es la historia de un hombre devoto por el fuego. Demasiado devoto desde cualquier punto de vista.
  • Mami, de Mary Elizabeth Coulseman, es el relato de la adopción de una niña que no puede olvidar a su difunta madre... porque insiste en que ella aún la acompaña.
  • Hydra, de Henry Kuttner, es un relato sobre el hallazgo de un letal folleto con instrucciones para rasgar el velo y pasar al otro lado de la vida.
Si bien muchas de las soluciones son típicas, no hay ningún relato aburrido en esta antología. Bastante recomendable si se quieren relatos cortos y de impacto.

     (4/5)

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